
El Gobierno ha acumulado errores, contradicciones e indecisiones muy considerables desde su mismo arranque y el precio a pagar por todos ha sido el de la desconfianza generalizada en torno a su capacidad y a la propia solidez de nuestra economía. Una tan inédita como súbita pérdida de credibilidad del Ejecutivo que ha afectado de lleno a la economía española cuyo máximo exponente ha sido el espectacular incremento de la prima de riesgo (de los 347 en el traspaso de poderes a 649 en el mes de julio) y una caída del valor de la Bolsa hasta niveles del año 2003 en poco más de un semestre.