El caos y la desorganización en el festival de clausura de estos cursos previsto para el pasado 7 de junio fue total, hasta el punto de tener que suspenderse.
La frustración y la impotencia se hicieron visibles en la monitora, los alumnos y sus familias, que después de todo un curso de trabajo, gastos y semanas de preparación de bailes y trajes, no pudieron mostrarse ante el público por la falta de previsión del ayuntamiento.
Además de los problemas técnicos surgidos (no hubo ensayo general con todo), el estado del escenario y vestuarios era lamentable, no cumpliendo los mínimos requisitos de limpieza y decoro que merecen unas personas (70, en su mayoría niños) que tienen que cambiarse de ropa y descalzarse varias veces.
Pero lo más sangrante es que nadie del ayuntamiento salió a dar una explicación a un público que no sabía lo que estaba pasando.
Y para colmo, Membrilla TV, presente en el acto, ha eliminado toda referencia al festival en su informativo semanal.
Los alumnos, familias, profesionales y ciudadanos merecemos una explicación.
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